En pleno corazón de Ourense, las fuentes termales de As Burgas se erigen como un emblema distintivo de la ciudad. No solo son conocidas por sus aguas termales de propiedades terapéuticas, sino que también representan un núcleo histórico fundamental en el desarrollo urbano de Ourense. Con una historia que se remonta a tiempos romanos, estas fuentes no solo han sido un lugar de relajación y sanación, sino también un punto de encuentro cultural y social a lo largo de los siglos.
El origen de As Burgas se entrelaza con los primeros asentamientos humanos en la región de Ourense. Estas fuentes termales han atraído a la gente desde tiempos inmemoriales, siendo utilizadas tanto por su valor terapéutico como por su importancia cultural y social. Los primeros vestigios de la presencia humana en torno a As Burgas datan de la época romana, cuando las aguas termales eran veneradas y empleadas en ritos religiosos y terapéuticos.
Los romanos, famosos por su ingenio en la construcción de baños y sistemas de acueductos, valoraban enormemente las propiedades curativas de las aguas termales. La presencia de las aras dedicadas a las ninfas del agua, encontradas en las proximidades de As Burgas, es un testimonio directo de la importancia que estas fuentes tenían en la vida cotidiana y espiritual de los habitantes de la época.
Las ninfas eran consideradas divinidades menores del agua, y se les rendía culto en lugares donde los manantiales y ríos mostraban propiedades especiales. La primera de las aras descubiertas en As Burgas fue ofrecida por Calpurnia Abana Aeboso, quien es el primer nombre registrado de un habitante de Ourense. Esta ofrenda subraya la reverencia que los romanos sentían por estas aguas termales, considerándolas un don divino.
Con el paso de los siglos, As Burgas continuaron siendo un punto de referencia importante en la región. Durante la Edad Media, a pesar de las turbulencias y los cambios políticos, las fuentes mantuvieron su relevancia tanto para los locales como para los viajeros. Los peregrinos que transitaban por la Ruta Jacobea a menudo se detenían en Ourense para descansar y beneficiarse de las aguas curativas de As Burgas.
En esta época, la administración de las fuentes y sus alrededores estuvo frecuentemente vinculada a instituciones religiosas, que veían en las aguas un don divino que debía ser preservado y aprovechado. Las leyendas medievales empezaron a tejerse en torno a las fuentes, aumentando su misticismo y su atracción.
En el siglo XVII, se construyó la Burga de Arriba, una de las fuentes más emblemáticas de As Burgas. Esta fuente de diseño sencillo, con dos caños y un adorno de piña en la parte superior, refleja la simplicidad y funcionalidad que caracterizaban a muchas de las construcciones de la época. La Burga de Arriba se convirtió rápidamente en un punto de encuentro y un símbolo de la ciudad, manteniendo su importancia a lo largo de los siglos.
El siglo XIX marcó una nueva etapa en la historia de As Burgas con la construcción de la Burga de Abajo en estilo neoclásico tardío. Esta fuente, que data de mediados del siglo XIX, presenta una estructura más elaborada que su contraparte del siglo XVII. Consta de tres cuerpos, siendo el central adornado con una pequeña fuente y los laterales cada uno con su propio caño. La construcción de la Burga de Abajo no solo aumentó la capacidad de suministro de agua termal, sino que también aportó una estética renovada y más grandiosa al conjunto de As Burgas.
Durante este siglo, Ourense experimentó un crecimiento significativo y una modernización que incluyó mejoras en las infraestructuras urbanas. Las aguas termales de As Burgas jugaron un papel crucial en la atracción de visitantes y en la consolidación de Ourense como un destino termal de referencia. Los baños públicos y los balnearios se volvieron cada vez más populares, atrayendo a personas de todas partes que buscaban alivio para diversas dolencias mediante las aguas minerales.
En el siglo XX, As Burgas se consolidaron como un elemento central del patrimonio cultural de Ourense. Las fuentes fueron objeto de diversas restauraciones y estudios para preservar su integridad y asegurar su uso continuo. La declaración de As Burgas como Conjunto Histórico-Artístico en 1975 fue un reconocimiento oficial de su valor histórico y cultural.
Con la llegada del siglo XXI, el interés por las propiedades terapéuticas de las aguas termales ha experimentado un renacimiento. As Burgas han sido revitalizadas como un atractivo turístico, incorporando elementos modernos como centros de interpretación y espacios de baño acondicionados para el público. Las fuentes siguen siendo un lugar de encuentro y disfrute para locales y turistas, quienes continúan beneficiándose de las propiedades curativas de sus aguas.
Recientes excavaciones y estudios arqueológicos han revelado más detalles sobre el uso histórico de As Burgas y su importancia a lo largo de los siglos. Estos estudios han sacado a la luz restos de estructuras romanas y medievales que confirman el uso continuo de las fuentes termales desde la antigüedad. Además, investigaciones científicas han analizado la composición de las aguas, confirmando sus propiedades minerales beneficiosas para la salud.
Los principales manantiales, enmarcados en artísticas fuentes neoclásicas, son la Burga de Arriba y la Burga de Abajo. La Burga de Abajo, de estilo neoclásico tardío construida a mediados del siglo XIX, es la que presenta mayor caudal. Cada una de estas fuentes tiene características únicas que reflejan diferentes épocas y estilos arquitectónicos, contribuyendo a la riqueza histórica y cultural del conjunto. Además, el conjunto termal incluye una piscina termal que permite a los visitantes experimentar directamente los beneficios de estas aguas.
La Burga de Abajo es quizás la más conocida y visitada de las fuentes de As Burgas. Construida a mediados del siglo XIX, esta fuente es un excelente ejemplo del estilo neoclásico tardío. Su diseño es majestuoso y funcional, dividido en tres cuerpos. El cuerpo central está adornado con una pequeña fuente, mientras que cada uno de los laterales cuenta con su propio caño. Este diseño no solo proporciona un flujo constante y abundante de agua termal, sino que también añade un toque de elegancia y simetría al conjunto.
La Burga de Abajo destaca no solo por su arquitectura, sino también por su caudal, que es el mayor de las fuentes de As Burgas. Las aguas brotan a una temperatura constante de aproximadamente 67 grados Celsius, conocidas por sus propiedades terapéuticas. Se dice que estas aguas ayudan a aliviar problemas reumáticos y de la piel, convirtiendo a la Burga de Abajo en un destino popular para aquellos que buscan beneficios de salud.
Menos imponente pero igualmente significativa es la Burga de Arriba, que data del siglo XVII. Esta fuente tiene un diseño más modesto en comparación con la Burga de Abajo, lo que refleja las características arquitectónicas de su época. Consta de dos caños y está adornada con una piña en la parte superior, un detalle decorativo simple pero significativo.
La Burga de Arriba ofrece una experiencia más íntima y tranquila. Aunque su caudal es menor que el de la Burga de Abajo, sus aguas termales son igualmente apreciadas por sus cualidades curativas. La temperatura del agua en la Burga de Arriba es ligeramente más baja, pero sigue siendo ideal para baños termales y tratamientos de bienestar.
Un complemento moderno y muy apreciado de As Burgas es la piscina termal, situada en las proximidades de las fuentes históricas. Esta piscina permite a los visitantes disfrutar de una experiencia de baño al aire libre, directamente en las aguas termales. La piscina termal es una adición reciente que ha sido diseñada para integrar armoniosamente con el entorno histórico y proporcionar una experiencia relajante y revitalizante.
La piscina está alimentada por las aguas de las fuentes termales, manteniendo una temperatura agradable que varía entre 35 y 40 grados Celsius. Esta temperatura es perfecta para relajarse y beneficiarse de las propiedades minerales del agua, que incluyen calcio, magnesio y bicarbonatos. Estas propiedades son conocidas por sus efectos positivos sobre la piel y el sistema muscular.
El diseño de la piscina termal respeta la estética histórica de As Burgas, utilizando materiales y colores que se integran con el entorno natural y urbano. Los visitantes pueden disfrutar de un baño termal mientras contemplan la arquitectura histórica y los hermosos paisajes de Ourense. La experiencia de la piscina termal ofrece una conexión tangible con la historia y la tradición termal de la ciudad, permitiendo a las personas sumergirse, literalmente, en el legado de As Burgas.
Completan el conjunto la réplica de 4 aras romanas, la primera de ellas creada en honor de las Ninfas de esas aguas ofrendada por Calpurnia Abana Aeboso, un pequeño estanque de agua termal y dos esculturas: “La casa de la nube” y “Calpurnia Abana”, dedicada Calpurnia Abana Aeboso, que es el primer nombre conocido de un habitante de la ciudad de Ourense.
Como en muchos lugares históricos, As Burgas están rodeadas de leyendas y mitos que añaden un toque de misterio y encanto a las fuentes. Una leyenda tradicional asegura que los manantiales que forman As Burgas nacen debajo de la capilla del Santo Cristo, en la Catedral de Ourense. Otra versión afirma que estas aguas termales son causadas por un volcán en reposo situado en la base del Montealegre, que en algún momento podría llegar a explotar. Estas historias, aunque no comprobadas científicamente, forman parte del folklore local y enriquecen la narrativa de As Burgas.
Declaradas Conjunto Histórico-Artístico en 1975, As Burgas se han consolidado como uno de los monumentos más visitados de Ourense. Su relevancia no solo radica en su historia y arquitectura, sino también en su papel continuo como lugar de encuentro y recreación para los residentes y visitantes de la ciudad. Las fuentes termales siguen atrayendo a aquellos que buscan relajarse y disfrutar de las propiedades beneficiosas de sus aguas.
El impacto de As Burgas en la vida cultural y turística de Ourense no puede subestimarse. Cada año, miles de turistas visitan estas fuentes, atraídos por la promesa de sus aguas curativas y su rica historia. Las fuentes también son un centro de actividades culturales, incluyendo festivales y eventos que celebran la herencia de la ciudad.
As Burgas son mucho más que simples fuentes termales; son un símbolo vivo de la historia y la cultura de Ourense. Desde sus orígenes romanos hasta su papel actual como atracción turística, estas fuentes han sido testigos y partícipes de la evolución de la ciudad. Ya sea por sus propiedades terapéuticas, su rica historia, o su belleza arquitectónica, As Burgas continúan siendo un lugar de gran significado para los habitantes de Ourense y un punto de interés imperdible para cualquier visitante.
