Un paseo por la rica historia y patrimonio de Galicia. Descubre su legado cultural a través de monumentos y tradiciones fascinantes.
Mucho después de la llegada de Tudio a la zona que hoy conocemos como las Rías Baixas, la paz de sus habitantes se vio en peligro. Cuenta la leyenda que estando establecidos los griegos en la villa de Herizana, desde donde se dedicaban , mayormente, al comercio con tierras lejanas y perdidas, y los hijos de Teucro desde su poblado del mismo modo que los griegos.
Después de que Santiago fuese degollado, sus discípulos recogieron su cuerpo y lo pusieron encima de una barca de piedra. Navegando llegaron a las costas de Galicia a un lugar donde había una fiesta por el casamiento del hijo del señor.
Los monjes benedictinos del monasterio de Santo Estevo de Ribas do Sil, en Nogueira de Ramuín tenían interés en la construcción de un puente que les permitiera atravesar los ríos Sil y Cabe para acortar las distancias entre Ourense y Monforte haciendo de este modo más fáciles las idas y venidas de sus recaudadores.
Antiguamente, en el ayuntamiento de Serantes, había una villa llamada Doniños habitada por paganos a excepción de una pareja que tenían su casa algo apartada. Pasó por allí Nuestro Señor pidiendo alojamiento donde había más abundancia pero le arrojaron de allí con cajas destempladas. Sin embargo, nuestra pareja le invitó a pasar a su cabaña, le dieron su magra comida y le dejaron su lecho de pajas para dormir.
Hubo hace mucho tiempo en Galicia un padre que tenía varias hijas y una de ellas comía mucha carne y cuanta más le daban, más comía.
Cuentan que, en la provincia de Orense, vivió una poderosa mujer, tan cruel y soberbia, que era llamada por los campesinos de su señorío, «la Reina Loba». Para su manutención y la de sus allegados, (tan despiadados como ella misma), obligaba a sus súbditos a entregarle, cada día, una vaca, un cerdo, y una carreta llena de otros alimentos.
En tiempos de la conquista romana llegó a Barbança una cohorte de tropas que pusieron en alerta a los celtas de Touta. La defensa de los celtas era impenetrable para los militares romanos.
Según la leyenda la Virgen María arribó a la «Costa da Morte» en los primeros años del cristianismo y los restos de su embarcación se encuentran esparcidos por esta zona.
En Ribadavia había un ermitaño que se llamaba Pedro y que estaba al corriente de como llevar los canales de aguas calientes al pueblo.
Existe una antigua leyenda que no da por muerto a Gerión después del décimo trabajo de Hércules. Dice que el héroe griego aún tuvo que perseguir al tirano desde la costa gaditana hasta la gallega.