Monasterio de San Salvador: Celanova

Monasterio de San Salvador - Celanova

Fundado en el siglo X por San Rosendo, el monasterio de San Salvador, en Celanova,  ha sido testigo de la evolución histórica y cultural de la Galicia, convirtiéndose en un símbolo de esplendor monástico. En este artículo exploraremos su rica historia, arquitectura y legado, proporcionando una mirada profunda a uno de los tesoros más valiosos de Galicia.

Orígenes

El Monasterio de San Salvador de Celanova fue fundado por San Rosendo, obispo de Mondoñedo y miembro de la familia real, alrededor del año 936. San Rosendo, después de fundar el monasterio de Caaveiro, decidió establecer una nueva comunidad monástica en las tierras que pertenecían a su familia. Para concretar su visión, trajo un grupo de monjes de Santo Estevo de Ribas de Sil, colocando al Abad Franquila al frente de la comunidad bajo la regla de San Benito.

San Rosendo ingresó como monje en el monasterio después de renunciar a la Sede Compostelana y de organizar la defensa de Galicia contra los normandos junto al conde Gonzalo Sánchez. A la muerte del Abad Franquila en el año 959, San Rosendo asumió el liderazgo del monasterio hasta su fallecimiento en 977. Este periodo marcó el inicio del esplendor del monasterio, que recibió un gran apoyo de la familia de San Rosendo y de los reyes de Galicia, León y Castilla.

El abad del monasterio ostentaba múltiples títulos, incluyendo el de Arcediano de Celanova, conde de Bande, marqués de Sande y capellán de la Casa Real. Además, tenía dominio sobre más de cincuenta entidades, entre monasterios, prioratos e iglesias. En 1506, el monasterio se unió a la Congregación de Castilla, iniciando una nueva etapa de gran esplendor.

Durante los siglos XVII y XVIII, el monasterio experimentó una completa reconstrucción, reflejando su gran poderío en su impresionante fábrica. Su fama fue tan grande que el emperador Carlos V consideró retirarse a él antes de decidirse por el monasterio extremeño de Yuste.

La iglesia

La iglesia del monasterio, cuya construcción comenzó en el siglo XVII, sustituyó a una anterior estructura románica. Diseñada bajo la dirección de Melchor de Velasco, la iglesia presenta un estilo barroco muy clásico con planta de cruz latina y tres naves. Las grandes pilastras que sostienen la bóveda de aristas y la cúpula del crucero, obra de Pedro de Monteagudo, destacan en su diseño arquitectónico.

El interior de la iglesia está presidido por un retablo mayor de gran barroquismo, obra del escultor gallego Castro Canseco, que ocupa todo el frente de la capilla con grandes columnas salomónicas y ricas labras. Este retablo es una muestra espectacular del arte barroco, con detalles intrincados y una exuberante ornamentación.

Monasterio de San Salvador - Celanova

Además, la iglesia alberga las reliquias de San Rosendo y San Torcuato, lo que añade un profundo valor espiritual e histórico al lugar. También se pueden encontrar pequeños relieves en alabastro con escenas de la vida de Jesús, que aportan un toque de delicadeza artística al espacio sagrado. La sillería baja, atribuida también a Castro Canseco, es una obra maestra del barroco gallego, mostrando la habilidad y la maestría de los artesanos de la época.

En la sacristía renacentista, los visitantes pueden admirar cuadros de la familia de San Rosendo pintados por Gregorio Ferro, un destacado artista gallego del siglo XVIII. Estos cuadros no solo son valiosos por su calidad artística, sino también por su relevancia histórica, ya que representan a figuras clave en la historia del monasterio y de Galicia.

La fachada del monasterio, con grandes columnas y coronada de pináculos, fue modificada en el siglo XVIII, aunque su construcción original finalizó en 1681. Esta impresionante fachada refleja la grandeza y el poder del monasterio durante su época de mayor esplendor.

Claustros y dependencias monacales

El monasterio de San Salvador de Celanova no es solo famoso por su iglesia, sino también por sus impresionantes claustros y diversas dependencias monacales. El complejo cuenta con dos claustros principales: el Claustro Reglar y el Claustro Procesional. Ambos son ejemplos sobresalientes de la arquitectura monástica y reflejan diferentes estilos y épocas de construcción.

Claustro reglar

El claustro reglar, o claustro de las procesiones, es el más cercano a la iglesia.   Construido en el siglo XVI, es un espacio de gran serenidad y belleza. Este claustro se caracteriza por sus elegantes arcos de medio punto y sus columnas de orden toscano, creando un ambiente armonioso que invita a la reflexión y la contemplación. En el centro del claustro, un jardín bien cuidado añade un toque de frescura y naturaleza al entorno austero de piedra.

Claustro nuevo

Por otro lado, el claustro nuevo, también conocido como claustro del poleiro,  data del siglo XVII y presenta un diseño más elaborado y ornamental. Con sus arcos rebajados y decoraciones barrocas, este claustro fue utilizado para las procesiones y actos litúrgicos de la comunidad monástica. Las galerías superiores del claustro ofrecen vistas panorámicas del monasterio y sus alrededores, permitiendo a los visitantes apreciar la magnitud y el detalle de su construcción.

Dependencias

Las dependencias monacales del monasterio incluyen una serie de salas y habitaciones utilizadas por los monjes para diversas actividades diarias. Entre estas dependencias se encuentra la Sala Capitular, donde se celebraban las reuniones y deliberaciones de la comunidad. Esta sala, ricamente decorada, es un ejemplo más de la importancia del monasterio como centro de vida religiosa y administrativa.

Otra dependencia notable es la biblioteca, que albergaba una vasta colección de manuscritos y libros antiguos. Aunque muchos de estos textos fueron dispersados durante la desamortización, la biblioteca sigue siendo un testimonio del legado intelectual y educativo del monasterio. Los visitantes pueden explorar esta sala y maravillarse con los restos de su rica historia literaria.

El refectorio, donde los monjes se reunían para las comidas, es otro espacio de interés. Con su techo abovedado y largas mesas de madera, el refectorio ofrece una visión de la vida cotidiana en el monasterio. Este espacio era no solo un lugar para la alimentación física, sino también para la nutrición espiritual, ya que durante las comidas se leían textos sagrados y se mantenía un ambiente de silencio y meditación.

Monasterio de San Salvador - Celanova

Declive y  desamortización

Con la desamortización de 1835, una serie de reformas legislativas que llevaron a la expropiación y venta de bienes eclesiásticos en España, el monasterio de San Salvador de Celanova sufrió un grave declive. Los monjes fueron obligados a abandonar el monasterio, y sus bienes fueron dispersados. Este proceso no solo afectó a la comunidad monástica, sino también al patrimonio cultural y artístico del monasterio, ya que muchas de sus obras de arte y reliquias fueron vendidas o trasladadas.

La iglesia del monasterio quedó como parroquial, sirviendo a la comunidad local, mientras que las dependencias monacales fueron destinadas a servicios públicos. En 1869, parte del monasterio fue cedido a los Padres Escolapios, quienes se dedicaron a la enseñanza hasta 1929. Esta nueva función educativa permitió que el monasterio continuara siendo un centro de actividad y vida comunitaria, aunque de una manera muy diferente a su propósito original.

A pesar de la desamortización y el abandono de los monjes, el monasterio de San Salvador de Celanova logró preservar gran parte de su estructura y muchas de sus obras de arte. Sin embargo, la pérdida de su función monástica y la dispersión de sus bienes significaron el fin de una era de esplendor y riqueza cultural.

En las décadas posteriores, se realizaron varios esfuerzos para restaurar y preservar el monasterio, reconociendo su valor histórico y arquitectónico. Hoy en día, el monasterio es un importante atractivo turístico y cultural, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de explorar su rica historia y su impresionante arquitectura.

Resumen

El Monasterio de San Salvador de Celanova es un testimonio viviente de la riqueza histórica y cultural de Galicia. Fundado por San Rosendo en el siglo X, ha sido un centro de poder, espiritualidad y arte a lo largo de los siglos. Su impresionante arquitectura barroca, las valiosas reliquias y las obras de arte que alberga hacen de este monasterio un destino imperdible para los amantes de la historia y el patrimonio.

A lo largo de su historia, el monasterio ha experimentado épocas de esplendor y declive, reflejando las cambiantes circunstancias políticas y sociales de la región. La desamortización de 1835 marcó un punto de inflexión en su historia, llevando al abandono de los monjes y la dispersión de sus bienes. Sin embargo, el monasterio ha logrado sobrevivir y conservar gran parte de su riqueza artística y arquitectónica.