A Baixa Limia, en general, y el Parque Natural da Serra do Xures, constituyen uno de los tesoros más grandes que tiene la provincia de Ourense. Declarada reserva de la biosfera en el año 2009, se trata de una de las mayores reservas naturales de España y una de las zonas más apasionantes de la Galicia interior.
Uno de los principales atractivos del Parque Natural da Serra do Xurés es su gran variedad de paisajes. En esta insólita zona de transición floral atlántica y mediterránea se mezclan sierras escarpadas con otras formas más suaves, valles poblados de robles, madroños, alcornoques y otras especies con cumbres cubiertas de vegetación de monte bajo con algún endemismo como el Iris boissieri. También podemos encontrarnos con pequeños ríos o cascadas que discurren entre las rocas y que en ocasiones dan forma a piscinas naturales de aguas cristalinas.
La majestuosa Sierra del Xurés, que se erige en la confluencia de Galicia y Portugal, es un testimonio viviente de la poderosa interacción entre la naturaleza y la historia. A lo largo de incontables milenios, la geología ha sido la artífice de este paisaje imponente, esculpiendo sus montañas y modelando sus valles en un proceso continuo de transformación. Este entorno geográfico en constante cambio ha sido testigo y escenario de las huellas de la humanidad, desde las antiguas comunidades prehistóricas hasta las sociedades contemporáneas que lo habitan.
El origen de la Sierra del Xurés se remonta a procesos geológicos de la era Paleozoica, que culminaron con la formación de estas altas cumbres y valles profundos. A lo largo de los años, la erosión, los movimientos tectónicos y los cambios climáticos han labrado el terreno, otorgándole su carácter distintivo y dando vida a su variado ecosistema.
No obstante, la verdadera riqueza de la Sierra del Xurés se encuentra en su vínculo con la historia humana. Desde tiempos ancestrales, esta región ha sido un hogar para diversas civilizaciones y culturas. Los restos arqueológicos, que datan desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media, narran la evolución de la ocupación humana en este terreno. Dólmenes, petroglifos y otros vestigios prehistóricos aún atestiguan la presencia de aquellos que una vez poblaron estas tierras y dejaron su marca en la piedra y en la tierra misma.
Los antiguos senderos que cruzan la Sierra del Xurés trascienden el tiempo y nos conectan con los pasos de quienes los recorrieron siglos atrás. Estas vías de comunicación, que en su momento fueron vitales para el comercio y el intercambio cultural, persisten como testigos de la tenaz relación entre el ser humano y la naturaleza. Cada piedra gastada por el paso de innumerables pies, cada camino que se adentra en los bosques densos, nos recuerda la perseverancia y el vínculo innegable entre la humanidad y el entorno que nos rodea.
La Sierra del Xurés, con su topografía variada y ecosistemas únicos, emerge como un santuario de biodiversidad donde la vida florece en cada rincón. Sus diversos hábitats crean un tapiz biológico sorprendente que engloba desde exuberantes bosques de robles y castaños hasta praderas en las cumbres más altas, generando un abanico de oportunidades para la vida silvestre. Aquí, el espectáculo de la naturaleza se desenvuelve en una sinfonía de formas y colores, habitada por una amplia gama de especies vegetales y animales.
Los bosques de la Sierra del Xurés son como tesoros vivientes, cada uno un microcosmos de vida que alberga especies autóctonas y endémicas. Los robustos robles, testigos silenciosos de siglos de cambio, comparten su hogar con majestuosos castaños y otros árboles que albergan una biodiversidad asombrosa. Aquí, los troncos sirven de refugio para aves, mamíferos y una plétora de insectos que contribuyen a la salud y equilibrio del ecosistema.
Las praderas de alta montaña añaden su propia paleta de colores a este paisaje. En verano, se pintan de una variedad de tonalidades que reflejan la diversidad botánica, desde flores silvestres hasta musgos y líquenes que tapizan el suelo. La vitalidad de estas praderas es el alimento de herbívoros como el ciervo ibérico, que deambulan en busca de pastos en un ballet natural de interdependencia.
En las alturas de la Sierra del Xurés, los ojos se elevan hacia los cielos para contemplar el majestuoso vuelo de las rapaces, como el águila real, que surcan las corrientes térmicas. Estas aves de presa, símbolos de la fuerza y la libertad, cazan en estos cielos y contribuyen a mantener el equilibrio poblacional en la cadena alimentaria.
Los cursos de agua cristalina, como el río Limia, otorgan a esta tierra un vínculo vital con el agua. A lo largo de sus serpenteantes trayectos, estos ríos y arroyos proporcionan un hábitat acuático para peces, anfibios y una variedad de invertebrados. Los humedales y charcas también ofrecen refugio a aves migratorias y residentes que encuentran en este entorno acuático su sustento y refugio.
La riqueza de biodiversidad en la Sierra del Xurés es un recordatorio elocuente de la interconexión de los elementos naturales. Desde la menor hoja hasta la más majestuosa criatura, cada ser desempeña un papel esencial en el equilibrio del ecosistema. Los esfuerzos de conservación aquí son un reflejo de la voluntad de proteger esta riqueza para las generaciones futuras, para que puedan admirar y aprender de la inmensa variedad de vida que pulsa en esta maravilla natural.
Para aquellos que buscan una experiencia en la que el corazón lata más rápido, la Sierra del Xurés ofrece una amplia gama de rutas de senderismo y actividades al aire libre. Desde suaves caminatas que permiten admirar las vistas panorámicas hasta desafiantes ascensos que recompensan con vistas inigualables, los amantes de la aventura encontrarán un terreno perfecto para explorar. Algunas de las rutas recomendadas incluyen la Ruta del Río Vilameá, Ruta de la Corga da Fecha, Ruta de Padrendo y Ruta del Río Mao.
Corga da Fecha: Una impresionante cascada con aproximadamente 200 metros de desnivel, donde las aguas descienden hacia el río Caldo en Lobios. Rápidos, cascadas y formaciones graníticas crean un espectáculo natural que es especialmente cautivador en invierno.
Pozas y molinos de Vilameá: El sendero del Río Vilameá nos guía a través de un hermoso paisaje de molinos restaurados y pozas cristalinas. Esta ruta circular es corta pero gratificante.
Termas públicas del río Caldo: En la villa termal de Lobios, podrás disfrutar de termas naturales con aguas terapéuticas y relajantes, así como de las piscinas del Hotel-balneario de Lobios.
Aquis Querquennis: Un complejo arqueológico romano que incluye una mansión viaria, termas, la Vía Nova y un campamento militar. Este sitio ofrece una visión fascinante de la historia romana en la región.
Santa Comba de Bande: Una iglesia visigoda del siglo VII que es una joya arquitectónica única en Galicia y en la Península Ibérica. Sus bóvedas de ladrillo y elementos romanos reutilizados la hacen digna de visita.
A Escusalla: Conocida como la «casa encantada» del Xurés, este conjunto de construcciones en ruinas en Lobios está rodeado de misterio y leyendas paranormales.
La lucha por la conservación y preservación de la Sierra del Xurés y el Parque Natural da Baixa Limia-Serra do Xurés es una causa de vital importancia. A pesar de los desafíos que han afectado a esta región, desde incendios devastadores hasta la presión humana, este rincón de naturaleza sigue siendo un testigo viviente de la belleza y la importancia de los ecosistemas naturales.
Los incendios forestales han sido uno de los mayores enemigos de esta área. A lo largo de los años, han arrasado hectáreas de bosques y hábitats, dejando a su paso un rastro de destrucción. Sin embargo, estos eventos trágicos han avivado aún más la determinación de conservar este patrimonio natural y cultural. La resistencia de la comunidad y las organizaciones ambientales muestra que el compromiso con la protección del Xurés no se desvanece fácilmente.
La conservación en el Xurés no se trata solo de la preservación de la belleza paisajística, sino también del cuidado de la rica herencia cultural que se entrelaza con la naturaleza. Desde antiguos yacimientos romanos hasta iglesias visigodas, cada rincón de esta región cuenta una historia que merece ser contada y protegida para las generaciones futuras. Los esfuerzos de preservación no solo defienden la biodiversidad, sino que también honran la historia y el legado de esta tierra.
La conservación no es solo una tarea local, sino también un compromiso compartido por dos naciones, España y Portugal. La frontera entre estos dos países es solo una línea en el mapa en el Xurés, donde la naturaleza no entiende de límites geopolíticos. La colaboración transfronteriza es esencial para abordar los desafíos ambientales y para garantizar que este espacio protegido siga siendo un ejemplo de la riqueza natural y cultural de la región.
Los esfuerzos para preservar el Xurés abarcan una variedad de áreas, desde la prevención y mitigación de incendios hasta la educación ambiental y el turismo sostenible. La conciencia pública y la participación activa son cruciales para mantener vivo el llamado a la conservación. A través de programas de educación ambiental, actividades de limpieza y rehabilitación, así como promoviendo prácticas sostenibles, la comunidad local y los visitantes pueden marcar la diferencia en la protección de este entorno frágil.