Hubo hace mucho tiempo en Galicia un padre que tenía varias hijas y una de ellas comía mucha carne y cuanta más le daban, más comía.
La leyenda de Don Roldán y las dos princesas, nos ofrece una reflexión sobre la valentía, la solidaridad y la lucha contra la injusticia, así como sobre la eterna confrontación entre el bien y el mal en la historia de la humanidad.
Cuentan que, en la provincia de Orense, vivió una poderosa mujer, tan cruel y soberbia, que era llamada por los campesinos de su señorío, «la Reina Loba». Para su manutención y la de sus allegados, (tan despiadados como ella misma), obligaba a sus súbditos a entregarle, cada día, una vaca, un cerdo, y una carreta llena de otros alimentos.
En tiempos de la conquista romana llegó a Barbança una cohorte de tropas que pusieron en alerta a los celtas de Touta. La defensa de los celtas era impenetrable para los militares romanos.
Según la leyenda la Virgen María arribó a la «Costa da Morte» en los primeros años del cristianismo y los restos de su embarcación se encuentran esparcidos por esta zona.
Existe una antigua leyenda que no da por muerto a Gerión después del décimo trabajo de Hércules. Dice que el héroe griego aún tuvo que perseguir al tirano desde la costa gaditana hasta la gallega.
En Ribadavia había un ermitaño que se llamaba Pedro y que estaba al corriente de como llevar los canales de aguas calientes al pueblo.
En última instancia, la leyenda de Ith y los hijos de Mil, nos insta a reflexionar sobre la importancia del diálogo y el entendimiento entre diferentes culturas, así como sobre la necesidad de respetar y valorar la diversidad en un mundo cada vez más interconectado.
Se trata, sin lugar a dudas, de un conjunto pictorico de gran belleza que hace de Santa María de Mugares un lugar de visita obligada para todos los amantes del arte y de la historia.
La fundación de Celanova se identifica con la del monasterio de San Salvador en torno al cual se fue desarrollando el primitivo Vilar. San Rosendo, obispo de Mondoñedo emparentado con la familia real, decidió fundar un monasterio en las tierras que poseían sus padres y hermanos después de erigir también el monasterio de Caaveiro.